Esa noche saliendo del hotel con mi maleta ya nada tenía sentido, estaba solo, sin motivos para estar ahí, sin tener a donde ir y lo peor de todo 5 días más para el regreso. De repente me encontraba en Yucatán sin nada, pero no podía llorar, ni gritar, ni nada, simplemente no lo podía creer. Habían pateado mi amistad y mi ser.
Tomé un taxi y le pedí me llevara a un hotel bueno bonito y barato, o más bien barato... y me llevó a un hostal donde una señora me recibió y le platiqué un poco la situación, hizo una llamada y me consiguió un cuarto rentado con un amigo suyo, me mostró el cuarto y la tarifa eran 80 pesos por noche! lo cual me pareció fantástico lo tomé y recordé que no estaba solo, tenía a mi familia y su apoyo incondicional, amigos y sus buenos y sinceros consejos, me tenía sobre todo a mi, 5 días por delante para divertirme como loco.
Salí de mi cuarto y me dirigí al centro específicamente a un bar, me recomendaron un lugar muy bueno para bailar, pagué mi cover y le pregunté a unos tipos -¿oigan este lugar se pone bien, se llena? es que vengo solo-
y se emocionaron, -ven te vamos a presentar a unas amigas!- y de ahí todo fue diversión, esa noche bailé, canté, hice el ridículo en un concursillo que organizó el animador, reí muchísimo y terminé en una mesa con 2 chicas y un tipo novio de una de ellas muy amable, me llevaron a donde me estaba hospedando en su coche, dormí feliz y un poco borracho..
De regreso me encontré con una gran sorpresa y es que el centro estaba lleno de vida, había baile masivo y gente por todos lados, me fui a bañar y a ponerme muy guapo porque esa noche vería a Magda (aunque no la pude ver), me divertí en el baile y con un show de payasos que me divirtió mucho, hasta me dedicaron unos chistes de chilangos, acabando el show fui a cenar delicioso con una bonita vista y decidí que era hora de dormir, el destino siguiente sería Celestún.
Es importante mencionar que durante todo el viaje recibí constantes llamadas mensajes de mi familia y amigos, que me apoyaban en todo, aunque no me sentí solo en ningún momento, su apoyo me hacía sentir más feliz, me reconfortaba como si recibiera abrazos y besos. Además el libro seguía ahí a cada página ayudándome a encontrar respuestas y sobre todo a encontrarme conmigo mismo. Este libro definitivamente es parte esencial del viaje y ahora de mi vida después les contaré más sobre él.
Amanecí muy temprano y fui a la central a comprar mi boleto a Celestún. Otra maravilla, no había mucha gente, nadé solo y sentí una comunión inexplicable, intransmisible, conmigo mismo, con el mundo, con Dios.
Estaba solo nadando en un mar inmenso y hermoso, y cantaba y nadaba y me aventaba me tomaba fotos.
Reí y fui feliz. El sol se fue y entonces era hora de regresar, fui a cenar un delicioso caldo de pollo muy distinto al que conocía yo, perdí el camión de las 6:30 tendría que esperar al de las 8 así que fui a un café internet a escuchar música y platicar con mis amigos. A las 10 estaba en Mérida y fui a ver a Magda, aunque estaba con ella no sentí lo mismo que el día anterior, no lo se, sabía que se terminaría eso, pero así tenía que ser y no tenía porque sentirme mal, pensar en ella me hace sonreír, es hermosa y llena de vida a pesar de que me plantó dos veces, no fue problema, para mi ya nada es problema y entonces lo comprendí, le dije que lo mejor del viaje había sido conocerla a ella y no le mentí.
Me dormí tranquilo, el siguiente día había que tomar el avión. El último día preparé mi maleta y le agradecí al señor de los departamentos y a la señora que me los consiguó no la encontré pero le dejé mensaje y bendiciones a los dos.
Fui a una plaza en lo que salía mi avión, nada extraordinario, tenía que adaptarme a la vida de plazas y avenidas, gente y aparadores nuevamente. De camino al aeropuerto iba completo, revitalizado, feliz, y pensando en regresar o definitivamente vivir ahí en Mérida.
A cada cosa que sucedía a cada problema siempre encontré a alguien o una solución, un libro, una persona, una calle, un algo, es un viaje que no puedo describir con palabras ni letras, pero ahora mismo me encuentro en mi casa sonriendo y con mucho aire en el pecho, he encontrado lo que había estado buscando toda mi vida, a mi.