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martes, 3 de agosto de 2010

Está bien leer el Tv y Novelas

Empecemos por la eterna estadística de que el mexicano lee medio libro al año. Ajá, y medio libro ¿de que tamaño? de mil páginas, de cien, ¿de cuantas? qué credibilidad tiene esta estadistica si no ofrece nada más.

Cuando la gente escucha esto se hace chiquita y le resta interés a dicha estadística, porque si es un problema de cultura nacional, entonces todos están mal, cuando uno está en el promedio entonces no es tan malo.

Debo confesar que alguna vez a mi me valía madre el dato y leer.

Este tema lo traigo al blog por varias razones:

1. No tengo ningún amigo ni conocido que tenga el hábito de leer, y eso es muy triste para mi.

2. Los libros son vistos como un sinónimo de tarea, escuela, obligación, flojera, viejo, biblioteca, aburrido, matado... y no como lo que realmente son.

3. Se critica mucho los libros de Carlos Cuauhtemoc Sanchez, los de "superación personal", "autoayuda" el de cañitas... y sin embargo es lo único que se ha leído. Porque no creo que se pueda criticar un libro sin antes leerlo o tener un amplio panorama previo.

Nos encontramos gloriosos libros que hacen leer a la gente, a veces no importa el contenido, lo importante es que poco a poco hacen de este hábito algo más común, me refiero a la saga de Harry Potter, Crepúsculo, El señor de los anillos, etc...

Y como ya había comentado se desperdician verdaderos momentos de oro para leer, por ejemplo en el transporte público, donde de acuerdo a mis estadisiticas de 30 personas sentadas 1 está leyendo, 4 con audifonos, y 25 pasando películas mentales por su mente, la mayoría tormentosas.

En el banco, las personas se la pasan viendo el reloj, haciendo ruidos con la boca expresando queja, y nuevamente pasando películas mentales (que le dije, que me dijo que hubiera hecho que hubiera pasado, tengo que pagar esto, tengo que hacer lo otro) nunca he visto a nadie leyendo en una fila o sala de espera de un banco.

En estéticas o consultorios es casi tan necesario como las tijeras y el bisturí, revistas de chismes mejor conocidas como Tv y Novelas y es inevitable tomarla, ver las fotos que siempre son buenas, la tipografía muy legible, los atractivos encabezados; hojearla, enterarse de la vida de la gente bonita (y no tanto) que no tiene ningún mérito más que el de ser famosa (y no tanto) y enterarnos de su vida como si fuera la del vecino como se habló en otro post por morbo.

Es sabido que el libro vaquero y las chambeadoras venden miles de ejemplares y junto con Tv y Notas son lo más vendido del mercado editorial mexicano.

Al final lo importante es leer un gran libro sobre programación neurolinguistica, vida de pareja, psicología infantil, vida espiritual, control de emociones o lo que sea que nos enseñe y prepare más, de forma que agarrar una chambeadora u hojear un Tv Notas no esté mal.



lunes, 22 de febrero de 2010

Excitación y emociones.

Si entras a un bar sin ideas preconcebidas y observas te darás cuenta.

La gente busca en el alcohol llegar a un estado que de otro modo no podría alcanzar. Lo mismo sucede con la música, ambos nos llevan fuera de nosotros, acaban con ese hastío de estar con uno mismo.

Nadie es real allí. Mucho ruido, poca luz, mucho maquillaje, aromas, actitudes, ropas, poses...

Se escucha la canción de moda y todos con el vaso en alto cantan al unisono, gritan, beben, no son ellos, hacen gestos, ríen, brindan... pero nunca son ellos.

Es increíble en lo que nos hemos convertido como sociedad, el poder que hemos dado al dinero y a sexo, motores de todo, es increíble que los fines de semana los ocupemos para salirnos de nosotros mismos en vez de ocuparlos para trabajar en nosotros mismos, cosa que nunca hacemos.

"El individuo que realiza con desesperación actividades artificiales para esconder a él mismo su vacuidad es aterrorizado secretamente por la pregunta -Pero ¿qué puedo encontrar para hacer?- Además, una percepción alerta de esta condición es un principio magnífico para destruir tanto la palpitación dolorosa como las actividades artificiales."

Pero claro socialmente esto es aceptado, bien visto y es un requisito indispensable para decirte chavo que asistas a fiestas antros, trajineras, marquesa, fines de semana en teques, cuerna, cocoyoc, viajes a acapulco, con alcohol y tonterías incluídas, esto es a lo que llamamos vivir. Porque nunca podemos estar con nosotros mismos, porque leer no es divertido, porque al momento de despertarnos estamos vacíos y tenemos que llamar a alguien hacer algo, un café, el cine, el teatro... Cuando el estado natural del hombre y su sabiduría está en la vacuidad.

Pero igualmente sin ideas preconcebidas, el fanatismo en el deporte, las doctrinas, la meditación... actividades aparentemente buenas, buscan lo mismo, salir del Yo, buscar en imágenes, credos, líderes, santos, grupos... lo que está dentro de nosotros.

"Y Siddhartha le decía:
-A mi no me parece así, amigo mío. Lo que he aprendido hasta a hora entre los samanas, ¡oh, Govinda!, lo hubiera podido aprender pronto y con facilidad, en cualquier taberna de barrio de burdeles, entre carreteros y jugadores de dados, hubiera podido aprenderlo, amigo mío.
Govinda contestaba:
-Siddhartha se burla de mí. ¿Cómo hubieras podido aprender ensimismamiento, el contener la respiración, la insensibilidad ante el hambre y el dolor, entre aquellos miserables?
Siddhartha decía en voz baja, como si hablara para sí:
 -¿Qué es el ensimismamiento? Qué es el abandono del cuerpo? ¿Qué es el ayuno? ¿Qué la contención del aliento? Es la huída del Yo, es un breve alejarse del tormento del ser Yo, es un corto embotamiento frente al dolor y la falta de sentido de la vida. La misma huída, el mismo breve embotamiento encuentra el boyero en el mesón cuando bebe su vino de arroz o la leche de coco fermentada. Entonces no siente ya su YO, ya no siente el dolor de la vida, entonces encuentra un breve embotamiento. Encuentra, dormitando sobre su taza de vino de arroz, los mismo que Siddhartha y Govinda encuentran cuando se evaden de sus cuerpos, tras largos ejercicios, y permanecen el No-Yo. Así es, ¡oh, Govinda!"

sábado, 30 de enero de 2010

La Música.

Piensa: siempre que sales, escuchas las mismas canciones, las de moda, las de cajón y para bailar, en las noches siempre haces lo mismo, antro, fiesta, lo que sea, es igual.

Somos una máquina repetidora de todo, y tenemos aparatitos que nos facilitan esta repetición, llámale zune, ipod, celular o tu compu... Una vez que en el trabajo pusieron por milésima vez al potrillo, me pregunté ¿Cuántas veces he escuchado esta canción y cuantas veces por decisión propia?

Y es que la música representa muchas cosas, escuchar al potrillo es parte de nuestra mexicaneidad, como muchos otros, muchos; escuchar a los "fuull the monkey and the mummies" forma parte de nuestra autenticidad, nuestro lado alternativo, aunque igual millones los estén escuchando...

En fin que la música que nos guste o escuchemos no depende de nosotros mismos si no del lugar en el que hayamos crecido, la vamos asociando con momentos, nos trae sensaciones, no anima, nos deprime, nos hace pertenecer a, y no vemos más allá (realmente).

Más allá de la pelea entre rockeros y reggaetoneros (que al final son lo mismo) y de ser alterntivo o salvajemente grupero, existe la música.

Seguramente el 98% de las tribus musicales jamás han escuchado música del Sahara o de Irán, Balcanica, Sufí!... es más por su mente no pasa que esto exista...

Y creo que en parte todo tiene que ver con asociación y pertenencia, la música que tienes te da la seguridad de pertenecer o aspirar a algo, ser como Daddy Yankee, pensar como Thom Yorke, ser un poeta como Sabina, un independiente como Delgadillo, ser fresa como Luis Miguel, por mencionar algunos, y la pertenencia a los rockeros, a los emos, a los rancheros, a los alternativos, etc.



A huevo soy mexicano me gusta el mariachi; soy chavo, me gusta el desmadre, bailar y el sexo, uso playeras piratas de ed hardy soy reggaetonero; uso tenis de colores, pantos de mezclilla y playeras locochonas soy electronico o alterntivo; tengo mata larga y uñas también, tomo cerveza y ron soy trovador; estoy despeinado uso mis doctor martens y playeras negras talla xxl, soy metalero... y así sucesivamente. Pertenencia. Repetición.



Es imposible (casi) luchar con esto porque no puedes controlar todo lo que oyes en tu entorno, irremediablemente si hoy voy a una fiesta, ya se que voy a escuchar, mañana que le prenda a la radio se que me van a repetir todo el día la rola de moda, si prendo mi compu, lo mismo hay, desde pequeños aprendemos de lo que escuchaban nuestros papás y hermanos...



Es un buffete musical donde tu escoges que te gusta y que no, y de ahi sirves tu gusto musical, sólo que es un buffete bastante pobre que depende de si naciste en México o Tanzania.

Esto viene al caso porque he decidido explorar todo, borrar de mi compu lo que me impusieron (pero me hicieron creer que yo escogí) y no conformarme, cada vez, en todo aspecto, me siento menos mexicano y más mundial... vamos a explorar todo!

Tal vez sería importante primero leer un anterior post: Música...

lunes, 3 de agosto de 2009

La comida en México.

Como muchos saben desde hace 6 meses llevó una alimentación sana y balanceada, no me gusta decir "dieta" porque desde ahí empezamos mal, la gente lo malinterpreta y no se imagina que como 5 veces al día y lo hago por salud no por vanidad.

Llevar esta alimentación (pescado, atún, pollo, frutas verduras, cereales, agua, pasta, arroz...) me ha llevado a darme cuenta de cosas que antes no veía.

Mexico ocupa los primeros lugares en lo que se refiere a obesidad, falta de ejercicio, consumo de refresco, horas de tv e internet, etc.

Y no es extraño pues en nuestra cultura la comida es el punto principal de casi todas las relaciones y actividades: se apuesta "una buena comida", se reúne con la familia a comer, se cierran negocios, se festejan logros, se entablan amistades o se disfruta de eventos, por mencionar algunos ejemplos.

La hora de la comida es sagrada. Sobre todo la que se da en familia en regiones no globalizadas y alejadas de las grandes ciudades, se desayuna come y cena con todos; en las ciudades por cuestiones de tiempo y distancias la comida en familia queda reservada para el fin de semana y restaurante.

Ahora bien, a pesar de ser casi un rito, la comida mexicana tiende a no ser sana y por lo tanto engordar. Basta con ver nuestro entorno, todo tipo de restaurantes, cantinas, fondas y puestos que van desde los de lámina blanca hasta una bicicleta con tacos de canasta.

Curiosamente la comida en México es valorada no tanto por sus propiedades sino por la condimentación y tiempo de elaboración, que esto es asociado con el amor o cariño. Si una persona llega a la oficina con un mole negro, "tortillitas" y un arroz blanco con verduras, es visto como una persona querida en casa y por eso se le envían esos platillos, en cambio si alguien llega con una ensalada de atún y arroz hervido, es soltero, no lo quieren o se quiere poner "mamado".

Por eso las fondas y puestos de guisados tienen tanto éxito, no así aquellos lugares que venden comida sana, no condimentada.

Un niño "gordito" es un niño sano.

En México no se come hasta quedar satisfecho, se come hasta quedar lleno, porque hasta es de mala educación, es mal visto rechazar otro platito de pozole y no llevarse itacate.

En un país así ¿como se puede comer sano?, incluso ¿como se puede no ser mal visto por querer comer sano?

En un país donde las verduras son obligación -cómete las verduras y la sopa si no!-...y los dulces son un premio. Donde también es un premio y diversión ir a McDonals, los padres piensan que hacen un bien a sus hijos y los hacen felices con su cajita feliz.

Continuará...