martes, 24 de noviembre de 2009

El peor mejor viaje de mi vida.

No se en que momento comenzó esta historia, pero hasta antes de esa noche habíamos viajado en un avión a Mérida con muchos motivos y razones, incluso yo había dejado mi trabajo y varias cosas más, en fin, porque todo pintaba perfecto, un gran negocio y una eterna amistad, hasta antes de esa noche el viaje se puede resumir en: avión-Holiday Inn-antro-casino-Holiday Inn, adiós... nada más.

Esa noche saliendo del hotel con mi maleta ya nada tenía sentido, estaba solo, sin motivos para estar ahí, sin tener a donde ir y lo peor de todo 5 días más para el regreso. De repente me encontraba en Yucatán sin nada, pero no podía llorar, ni gritar, ni nada, simplemente no lo podía creer. Habían pateado mi amistad y mi ser.

Tomé un taxi y le pedí me llevara a  un hotel bueno bonito y barato, o más bien  barato... y me llevó a un hostal donde una señora me recibió y le platiqué un poco la situación, hizo una llamada y me consiguió un cuarto rentado con un amigo suyo, me mostró el cuarto y la tarifa eran 80 pesos por noche! lo cual me pareció fantástico lo tomé y recordé que no estaba solo, tenía a mi familia y su apoyo incondicional, amigos y sus buenos y sinceros consejos, me tenía sobre todo a mi, 5 días por delante para divertirme como loco.


Salí de mi cuarto y me dirigí al centro específicamente a un bar, me recomendaron un lugar muy bueno para bailar, pagué mi cover y le pregunté a unos tipos -¿oigan este lugar se pone bien, se llena? es que vengo solo-
y se emocionaron, -ven te vamos a presentar a unas amigas!- y de ahí todo fue diversión, esa noche bailé, canté, hice el ridículo en un concursillo que organizó el animador, reí muchísimo y terminé en una mesa con 2 chicas y un tipo novio de una de ellas muy amable, me llevaron a donde me estaba hospedando en su coche, dormí feliz y un poco borracho..


Al siguiente día decidí hacer mi itinerario para los días siguientes, fui a comer delicioso a un mercado del centro, compré un sombrero hecho a mano increíble jajaja y me dirigí a la central para comprar boletos hacia Chichen Itzá y Cancún. De regreso pasó algo que cambiaría aún más mi viaje y le daría un giro y un sentido repentino, encontré una librería con libros usados, entré y tomé uno que llamó mi atención: EL PODER DE SU SUPERMENTE. No se como explicarlo pero el libro me fue guiando y enseñando a cada página, resolviendo todo lo que estaba pasando en esos momentos, como si alguien lo hubiera puesto ahí para mi. Me costó 25 pesos.

Esa tarde fue la liguilla del fútbol, así que entré a un lugar con pantalla gigante y cómodo para ver el partido, comí y bebí, me llamaron de otra mesa y me invitaron a la feria que había en xmatkuil a 25 minutos. Así que me fui a bañar pero los planes cambiarían nuevamente para bien.
Salí de mi cuarto obvio con mi sombrero y caminé hacia los bares, en eso un tipo se detuvo y me dijo -taxi amigouu!- lo vi y sabía que no era taxi y le dije, a cambio de que me llevara a un buen antro acepté pagarle porque me dijo que necesitaba dinero y me llevó a un antro presentándome como su primo gringo jajaja! asi que nuevamente bailé mucho y me divertí, después me llevó a otro lugar donde conocí a más gente, y entre esa gente conocí a una chica que definitivamente me sorprendió, platicamos, y me dio su teléfono, me despedí y regresé al otro lugar en fin una noche perfecta, ni me acuerdo como regresé a mi cuarto.




Al otro día me levanté temprano porque tenía mis boletos para Chichen Itzá y Cancún, me fui a la central y vamonos!!! llegamos en 2 horas mas o menos, los domingos es gratis para los mexicanos, pero con mi sombrero, mi playera que decía italia y mis gafas pues tuve que mostrar mi ife jajaja, ya adentro no puedo decir nada más que maravilloso, muchas historias, edificios, ciudades, un cenote...estuve como 5 horas por ahí turisteando y me encontré a un grupo de estudiantes que habían ido al primer antro así que me les pegué y tuve guía gratis! medité, leí mucho, reflexioné, me tomé muchas fotos y decidí cambiar mi boleto a Cancún por uno de regreso a Mérida para verme con la chava que había conocido me regresaron dinero y volví a Mérida.










De regreso me encontré con una gran sorpresa y es que el centro estaba lleno de vida, había baile masivo y gente por todos lados, me fui a bañar y a ponerme muy guapo porque esa noche vería a Magda (aunque no la pude ver), me divertí en el baile y con un show de payasos que me divirtió mucho, hasta me dedicaron unos chistes de chilangos, acabando el show fui a cenar delicioso con una bonita vista y decidí que era hora de dormir, el destino siguiente sería Celestún.





Es importante mencionar que durante todo el viaje recibí constantes llamadas mensajes de mi familia y amigos, que me apoyaban en todo, aunque no me sentí solo en ningún momento, su apoyo me hacía sentir más feliz, me reconfortaba como si recibiera abrazos y besos. Además el libro seguía ahí a cada página ayudándome a encontrar respuestas y sobre todo a encontrarme conmigo mismo. Este libro definitivamente es parte esencial del viaje y ahora de mi vida después les contaré más sobre él.

Amanecí muy temprano y fui a la central a comprar mi boleto a Celestún. Otra maravilla, no había mucha gente, nadé solo y sentí una comunión inexplicable, intransmisible, conmigo mismo, con el mundo, con Dios.
Estaba solo nadando en un mar inmenso y hermoso, y cantaba y nadaba y me aventaba me tomaba fotos.
Reí y fui feliz. El sol se fue y entonces era hora de regresar, fui a cenar un delicioso caldo de pollo muy distinto al que conocía yo, perdí el camión de las 6:30 tendría que esperar al de las 8 así que fui a un café internet a escuchar música y platicar con mis amigos. A las 10 estaba en Mérida y fui a ver a Magda, aunque estaba con ella no sentí lo mismo que el día anterior, no lo se, sabía que se terminaría eso, pero así tenía que ser y no tenía porque sentirme mal, pensar en ella me hace sonreír, es hermosa y llena de vida a pesar de que me plantó dos veces, no fue problema, para mi ya nada es problema y entonces lo comprendí, le dije que lo mejor del viaje había sido conocerla a ella y no le mentí.




Me dormí tranquilo, el siguiente día había que tomar el avión. El último día preparé mi maleta y le agradecí al señor de los departamentos y a la señora que me los consiguó no la encontré pero le dejé mensaje y bendiciones a los dos.

Fui a una plaza en lo que salía mi avión, nada extraordinario, tenía que adaptarme a la vida de plazas y avenidas, gente y aparadores nuevamente. De camino al aeropuerto iba completo, revitalizado, feliz, y pensando en regresar o definitivamente vivir ahí en Mérida.





A cada cosa que sucedía a cada problema siempre encontré a alguien o una solución, un libro, una persona, una calle, un algo, es un viaje que no puedo describir con palabras ni letras, pero ahora mismo me encuentro en mi casa sonriendo y con mucho aire en el pecho, he encontrado lo que había estado buscando toda mi vida, a mi.
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